El laboratorio de Ikea: energía solar con blockchain y ‘hot dogs’ de espirulina

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Ikea no son solo muebles de diseño nórdico y precio asequible. La cadena sueca siempre está desarrollando nuevas ideas y para ello cuenta con un laboratorio en Copenhague, financiado por ellos al 100%, en el que ponen a prueba nuevos proyectos que puedan dar una nueva vida a la compañía. Space10, nombre bajo el que se conoce a este proyecto, está formado por 31 profesionales de diferentes ámbitos que desarrollan iniciativas tan variadas como el aprovechamiento de energía solar a través de blockchain, los clásicos ‘hot dogs’ pero esta vez hechos con espirulina o, como ellos dicen, “la democratización de la vivienda”.

Esta base de pruebas nació hace poco más de tres años en un antiguo almacén de pescado en el Meatpacking District, uno de las zonas de moda de la capital de Dinamarca. Por aquel entonces el proyecto estaba formado por solo diez trabajadores y fue concebido como una oportunidad para que Ikea aumentase sus líneas de trabajo. “Se trataba de crear un laboratorio externo con la idea de mejorar la vida de la mayoría“, señala Simon, uno de sus fundadores.

Desde este laboratorio de la vida en el futuro, Ikea desarrolla, al margen del entorno comercial, las necesidades y oportunidades de mejora para crear mediante su trabajo una forma de vida más sostenible y saludable. Pese a ello, desde Space10 reconocen que “si algo es bueno para las personas, también va a ser bueno para el negocio”.

“Ikea está entrando en nuevos mercados y eso quiere decir que también tiene que tener nuevas soluciones. No vas a vender una lámpara en un país en el que la electricidad no llega a la mayoría”, señalan. Por ello, desde Space10 admiten que se trata de una organización sin ánimo de lucro en la que la cadena sueca se encarga de costear, entre otras cosas los salarios y el local, y financia cada uno de los proyectos que allí se desarrollan.

Uno de los más novedosos tiene que ver, precisamente, con la electricidad. ‘SolarVille’, nombre que recibe este desarrollo, es un prototipo de un barrio en miniatura que se abastece de energía limpia, concretamente, solar. En caso de que la producción de cada vivienda supere su consumo, la propiedad está equipada con un sistema que a través de blockchain devuelve esa energía generada a la red, lo que permite que el resto del vecindario se pueda aprovechar de ella. “Es algo que se podría poner en marcha inmediatamente”, señalan desde Space10.

Otro de los puntos fuertes de Ikea a día de hoy es su restaurante, “la sexta cadena de restauración del mundo”, según ellos mismo presumen. Por ello, uno de los proyectos de este innovador laboratorio tiene mucho que ver con la comida. Con una cocina digna de un establecimiento estrella Michelín, desde Copenhague tratan de buscar alternativas a la comida rápida que conocemos hoy en día. Por ello, han creado desde albóndigas de algas, uno de los tradicionales ‘hot dogs’ de Ikea pero esta vez a base de espirulina, alimentos a base de insectos o carne creada en un laboratorio. Y han creado hasta un libro de recetas.

Pero todo esto no quiere decir que hayan dejado de lado el ‘móntalo tú mismo’. La cadena sueca también se ha lanzado a llevar su diseño democrático más allá del interior de la casa y ha desarrollado un sistema mediante el que cualquiera, en cualquier punto del mundo, puede crear la estructura de su casa y encajarla sin herramientas. Space10 ha desarrollado un modelo de ‘esqueleto’ de vivienda que se puede realizar, según sus patrones, en cualquier serrería del mundo. Una vez cortadas las maderas solo hace falta encajarlo, sin ningún tipo de instrumento.